
En El ultimo fin de semana de Noviembre (2020) tuve la suerte de ser invitada a participar en un taller de “versadoras”, aprendiendo técnicas y poniendo en practica la elaboración de la Decima, un modo poético muy arraigado a la cultura de las islas, y especialmente de La Palma.
El taller, dirigido por el maestro versador Yeray Rodriguez Quintana nos llevo a la realización de un pequeño homenaje a la mujer, y junto a fotografía y caligrafía de dos artistas colaboradores nació “En la piel de las estrellas”. En los cuerpos de las creadoras fueron plasmadas palabras de sus decimas y al finalizar el taller las decimas fueron presentadas en el espacio de la casa de la cultura para deleitar a los asistentes.
Para mi personalmente, este taller significo no solo el despertar de la idea de incorporar a la decima en mis canciones, si no que me dio la oportunidad de aprender mucho mas sobre el pasado de estas forma de expresión artística y su desarrollo en el la esfera social. Eran pocas las mujeres de la época que se atrevían a llamarse versadoras y que presentaban sus poemas en publico, sin embargo, el talento vivía en muchas de ellas, y se sabe también que muchas de las decimas tradicionales fueron transmitidas de boca en boca a través de las líneas maternas. Que manera mas perfecta de reivindicar a la mujer que usando a la decima como vehículo de transmisión.

On the last weekend of November (2020) I was lucky enough to be invited to participate in a workshop of “versadoras”, learning techniques and putting into practice the elaboration of the Decima, a poetic way deeply rooted in the culture of the islands , and especially of La Palma.
The workshop, directed by the master versador Yeray Rodriguez Quintana, led us to carry out a small tribute to women, and together with photography and calligraphy by two collaborating artists, “En la piel de las Estrellas” was born. Words of their Decimas were captured on the bodies of the creators and at the end of the workshop, the Decimas were presented in the space of La casa de la cultura to delight the attendees.
For me personally, this workshop meant not only the awakening of the idea of incorporating the decima in my songs but also gave me the opportunity to learn much more about the past of these forms of artistic expression and its development in the social sphere. Few women of the time dared to call themselves verseadoras and to present their poems in public, however, the talent lived in many of them, and it is also known that many of the traditional decimas were transmitted by word of mouth through the maternal lines. What a perfect way to vindicate women than using the Decima as a transmission vehicle.
